En el artículo anterior finalicé preguntando y ¿Quién le pone el cascabel a la educación? Hoy prosigo con mi comentario.
Serán las elite auto declaradas expertas, prejuiciadas, dominantes en compañía de sus súbditos, ejércitos dictatoriales llamados demócratas cuya palabra y estrategia no es sino una repetición de antiguos artilugios fascistas que buscan por sobre todo borrar el pasado anulando la memoria colectiva del pueblo, que levantando las manos engañan bajo el discurso del consenso o de lo que ellos llaman el deseo de las amplias mayorías; amplias mayorías que por lo demás son subjetivas pues no existe comprobación empírica de aquello. Solo si existiera un plebiscito que la avale, se podría hablar de mayoría y aun así es también cuestionable.
Se utiliza el tele marketing, virus corrosivo fecundado en el capitalismo, para vendernos sus propuestas como productos de primera necesidad, sin darnos a nosotros, el pueblo, siquiera la posibilidad de formarnos una opinión y debemos decidir entre ellas, no nos dejan opción aparente, pues ellos son los expertos, los que saben lo que el resto necesita, ellos son los que dicen que cosas son las que el “resto” debe o no debe saber y así se invierten grandes sumas de dinero en propagandas, mientras las tasas de interés suben, la energía se encarece, la educación decae hasta hacerla deplorable y más aun hacerla vomitable.
Ya no podemos seguir siendo meros objetos, es necesario replantearnos la existencia de éstos sistemas oscuros y dictatoriales disfrazados de participación, por el bien de la sociedad, por el bien de nuestros hijos y de los que vendrán, debemos levantarnos, despertar del sueño en que estamos, revivir, brotar como semilla puesta en tierra negra, como enredadera subir por el lánguido madero hasta alcanzar el rayo de luz que vigoriza. Nosotros somos los llamados, usted y yo, no solo son los gremios, no solo son los estudiantes, también son los obreros, los trabajadores, los campesinos, los Mapuche, Aymara, Likanantay, Rapanui, nuestros niños, también nuestro entornos, la naturaleza que nos rodea debe también ser invitada a hablar, a través de sus recursos, su flora y fauna, su clima, su desolación; debemos desde distintos ámbitos, desde distintos puntos, desde distintos pensamientos nacer en ideas, encubar sueños, transformarnos en verdaderos enjambres de seres pensantes y propositivos, para ello es que fuimos dejados en éste espacio y en éste tiempo, no para ser peones ni reyes sino para ser como la poesía; creadores de futuros, soñadores de esperanzas, expresión de dignidad, símbolo de libertad.
Mi invitación entonces es a usted, estimada y estimado lector, usted que sabe y vive los problemas a diario, usted que vive y siente el dolor de la injusticia, de la exclusión, a usted que se siente postergado, lo invito a plantear los temas de su interés en los distintos ámbitos, seamos usted y yo, y en definitiva los ciudadanos, los mal llamados “electores” quienes planteemos los temas que los candidatos y futuras “auto-ridades” deben abordar, rayemos nosotros la cancha, exijamos nosotros, ellos deben estar al servicio del pueblo, o sea de todos nosotros y no nosotros caer en sus ofertas, no estamos en un supermercado, no estamos en la feria libre, estamos en una ciudad, en una comuna, en una región, estamos en un territorio y sobre esa base debemos soñar, crear y crecer.
Serán las elite auto declaradas expertas, prejuiciadas, dominantes en compañía de sus súbditos, ejércitos dictatoriales llamados demócratas cuya palabra y estrategia no es sino una repetición de antiguos artilugios fascistas que buscan por sobre todo borrar el pasado anulando la memoria colectiva del pueblo, que levantando las manos engañan bajo el discurso del consenso o de lo que ellos llaman el deseo de las amplias mayorías; amplias mayorías que por lo demás son subjetivas pues no existe comprobación empírica de aquello. Solo si existiera un plebiscito que la avale, se podría hablar de mayoría y aun así es también cuestionable.
Se utiliza el tele marketing, virus corrosivo fecundado en el capitalismo, para vendernos sus propuestas como productos de primera necesidad, sin darnos a nosotros, el pueblo, siquiera la posibilidad de formarnos una opinión y debemos decidir entre ellas, no nos dejan opción aparente, pues ellos son los expertos, los que saben lo que el resto necesita, ellos son los que dicen que cosas son las que el “resto” debe o no debe saber y así se invierten grandes sumas de dinero en propagandas, mientras las tasas de interés suben, la energía se encarece, la educación decae hasta hacerla deplorable y más aun hacerla vomitable.
Ya no podemos seguir siendo meros objetos, es necesario replantearnos la existencia de éstos sistemas oscuros y dictatoriales disfrazados de participación, por el bien de la sociedad, por el bien de nuestros hijos y de los que vendrán, debemos levantarnos, despertar del sueño en que estamos, revivir, brotar como semilla puesta en tierra negra, como enredadera subir por el lánguido madero hasta alcanzar el rayo de luz que vigoriza. Nosotros somos los llamados, usted y yo, no solo son los gremios, no solo son los estudiantes, también son los obreros, los trabajadores, los campesinos, los Mapuche, Aymara, Likanantay, Rapanui, nuestros niños, también nuestro entornos, la naturaleza que nos rodea debe también ser invitada a hablar, a través de sus recursos, su flora y fauna, su clima, su desolación; debemos desde distintos ámbitos, desde distintos puntos, desde distintos pensamientos nacer en ideas, encubar sueños, transformarnos en verdaderos enjambres de seres pensantes y propositivos, para ello es que fuimos dejados en éste espacio y en éste tiempo, no para ser peones ni reyes sino para ser como la poesía; creadores de futuros, soñadores de esperanzas, expresión de dignidad, símbolo de libertad.
Mi invitación entonces es a usted, estimada y estimado lector, usted que sabe y vive los problemas a diario, usted que vive y siente el dolor de la injusticia, de la exclusión, a usted que se siente postergado, lo invito a plantear los temas de su interés en los distintos ámbitos, seamos usted y yo, y en definitiva los ciudadanos, los mal llamados “electores” quienes planteemos los temas que los candidatos y futuras “auto-ridades” deben abordar, rayemos nosotros la cancha, exijamos nosotros, ellos deben estar al servicio del pueblo, o sea de todos nosotros y no nosotros caer en sus ofertas, no estamos en un supermercado, no estamos en la feria libre, estamos en una ciudad, en una comuna, en una región, estamos en un territorio y sobre esa base debemos soñar, crear y crecer.
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