Cuando sientas que el viento acaricia tu rostro humedecido
Por la tristeza,
Entonces en aquel viento estaré yo,
Cuando sientas que la lluvia moja tu cuerpo
En aquella gota traviesa que se desliza por caminos prohibidos yo estaré
Cuando oigas el silencio, te hablaré.
Por la tristeza,
Entonces en aquel viento estaré yo,
Cuando sientas que la lluvia moja tu cuerpo
En aquella gota traviesa que se desliza por caminos prohibidos yo estaré
Cuando oigas el silencio, te hablaré.
Angkalaf - Rvmüngen 2008
Entre el sábado 17 y domingo 18 de mayo, tuve la oportunidad de conocer Lencalboldo, una localidad que queda a nos 15 Kilómetros a la costa de Cañete, en la Provincia de Arauco, lugar maravilloso no solo por el paisaje sino también y principalmente por la gente que habita en ese lugar, durante los fines de semana, realizo cursos de lengua y cultura mapuche en comunidades de Cañete y entre ellas la Comunidad Horacio Antipil de Lencanboldo.
Junto a ellos, fue que iniciamos conversaciones respecto de la toponimia de los lugares cercanos y entre ellos está la laguna lencalboldo. A través de la conversación pasamos los umbrales del tiempo para buscar significados respecto del nombre de esos lugares, para ello recurrimos una vez más a la memoria, a la historia de la memoria, a aquellas conversaciones de los ancianos que algunas vez, tanto Gabriel como Elías habían escuchado de sus padres o abuelos y ellos de los suyos. Llegamos allí al tiempo de la muerte, de la vida, del ser.
Conversamos respecto de los recursos naturales, de la flora y fauna de la laguna, de las comunicaciones subterráneas concretas como abstractas, ello me llevó a visitarla el domingo por la mañana, bajo una intensa lluvia, que fue el mejor jarabe para mi resfrío que arrastraba desde algunos días, me sentí renaciendo con la lluvia en aquel lugar, rogué a los espíritus me acogieran y sentí su amistad. Sin duda Lencanboldo es un lugar para partir y renacer a la vida, es aquello que nosotros los mapuche llamamos Xeng – Xeng, es aquella lucha permanente de las fuerzas que hacen finalmente que nos purifiquemos y florezcamos a la vida.
Este viaje ha sido uno de los más importantes que he tenido éste año.
Junto a ellos, fue que iniciamos conversaciones respecto de la toponimia de los lugares cercanos y entre ellos está la laguna lencalboldo. A través de la conversación pasamos los umbrales del tiempo para buscar significados respecto del nombre de esos lugares, para ello recurrimos una vez más a la memoria, a la historia de la memoria, a aquellas conversaciones de los ancianos que algunas vez, tanto Gabriel como Elías habían escuchado de sus padres o abuelos y ellos de los suyos. Llegamos allí al tiempo de la muerte, de la vida, del ser.
Conversamos respecto de los recursos naturales, de la flora y fauna de la laguna, de las comunicaciones subterráneas concretas como abstractas, ello me llevó a visitarla el domingo por la mañana, bajo una intensa lluvia, que fue el mejor jarabe para mi resfrío que arrastraba desde algunos días, me sentí renaciendo con la lluvia en aquel lugar, rogué a los espíritus me acogieran y sentí su amistad. Sin duda Lencanboldo es un lugar para partir y renacer a la vida, es aquello que nosotros los mapuche llamamos Xeng – Xeng, es aquella lucha permanente de las fuerzas que hacen finalmente que nos purifiquemos y florezcamos a la vida.
Este viaje ha sido uno de los más importantes que he tenido éste año.
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